Todo comenzó en mi época de colegio, en 2013, mientras cursaba segundo medio. Desde pequeño, siempre tuve un interés innato por la moda y los negocios. Sabía que, cuando llegara el momento de emprender, sería en algo relacionado con estos dos mundos. ¿Y qué mejor que una marca de ropa? Ese año inicié mi primer intento: vendía bandanas. Sin embargo, terminé regalándolas todas. Fue mi primera caída, pero también mi primer aprendizaje: la importancia del control de stock.
A pesar de mi entusiasmo, la falta de experiencia y madurez me llevaron a poner en pausa mi sueño. Durante esos años seguí explorando, vendiendo pequeñas cosas y buscando proveedores, pero decidí que era mejor esperar hasta tener más herramientas.
Con la llegada de la universidad, la chispa volvió a encenderse. En 2017, durante mi segundo año, reuní mis primeros ahorros y lancé mi primera marca de ropa. Tenía clara mi visión: quería ofrecer diseños únicos y personalizados sin cargar con grandes cantidades de stock. Así surgió la idea de trabajar con parches, que permitían personalizar poleras al gusto del cliente. Fue un concepto que funcionó bien, logrando ventas consistentes.
Con ese impulso, decidí expandirme y aposté por un segundo producto: gorros de gamuza que se complementaban perfectamente con los parches. Sentí que por fin estaba construyendo una marca. Sin embargo, ese mismo año, enfrenté un periodo difícil en mi vida personal. Mi autoestima y energía estaban en su punto más bajo, y junto con un mal manejo financiero, mi marca quebró. En 2018 decidí cerrarla, con la esperanza de retomarla en un futuro, cuando terminara la universidad.
La relación entre mi vida personal y la marca siempre ha sido simbiótica. Cada crisis creativa ha coincidido con momentos complejos en mi vida, como si DIROSSO fuera una extensión de mí mismo, reflejando mis altibajos y la forma en que quiero entregar mi mensaje al mundo.
En 2022, ya graduado de la universidad y con una mayor estabilidad financiera, decidí retomar mi sueño. Redefinimos la imagen de la marca y lanzamos la colección -444-. Esta colección tiene un significado especial: en la numerología, el número 444 representa la presencia constante de ángeles que nos guían, recordándonos que debemos vivir el presente con mayor conciencia. Aunque el camino no fue fácil, con errores logísticos y de producción, logramos agotarnos en varios productos y recibimos solicitudes de restock. Era un gran avance.
Sin embargo, una nueva crisis creativa y emocional volvió a tocar mi puerta, en parte por el estrés laboral. Decidí cambiar a un trabajo más tranquilo y enfocarme en reencontrarme conmigo mismo. Fue en este proceso, ya en 2024, cuando me topé con una inesperada ola de inspiración mientras revisaba libros de arte. De un momento a otro, los diseños de la nueva colección comenzaron a fluir. Me desvelé noches enteras dibujando en mi iPad hasta que los diseños estuvieron prácticamente listos.
Ahora, después de tantos años de aprendizaje, errores, crecimiento y resiliencia, estoy listo para lanzar esta nueva colección. DIROSSO no es solo una marca, es mi historia, mi evolución y mi manera de transformar lo que siento en algo que el mundo pueda llevar consigo.